Hoy
lunes me pasa que no alcanzo tu mano. Debe ser por eso que el día está diferente.
No puedo tocar tu mano, siento como si los ojos se inundaran entre los amargos
medicamentos que te rescatan. Uno siempre se siente inútil con el silencio
ajeno. Pienso que tal vez ahora te estés yendo hasta esa sala de la noche para
reclamarle tus besos, y seguro mientras duermas aprovecharás para sonreír. Pero
hoy no sé, no encuentro espacio para llegar a ti, ni palabras ni pretexto
porque te extraña la felicidad. Deben ser las reglas del tiempo. No lo sé. Nos
separa apenas un cuadro, la ventana abierta, la acera de enfrente; el tiempo.
Qué difícil es estar bien y tú al otro lado con los calmantes. Pero pasará que
la noche durará poco. Vas a ver. Vendrá luego el día en su mejor traje con tu
rostro y las flores y el amanecer nuevo y tus besos y una canción. Estarás bien
porque tú siempre estás bien cuando están bien todos, porque estás en armonía
con el amor, y porque ese amor que albergas ya no es solo tuyo, lo que quiere
decir que la felicidad te necesita.
EQM
EQM
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