lunes, 16 de junio de 2014

La felicidad que te necesita

Hoy lunes me pasa que no alcanzo tu mano. Debe ser por eso que el día está diferente. No puedo tocar tu mano, siento como si los ojos se inundaran entre los amargos medicamentos que te rescatan. Uno siempre se siente inútil con el silencio ajeno. Pienso que tal vez ahora te estés yendo hasta esa sala de la noche para reclamarle tus besos, y seguro mientras duermas aprovecharás para sonreír. Pero hoy no sé, no encuentro espacio para llegar a ti, ni palabras ni pretexto porque te extraña la felicidad. Deben ser las reglas del tiempo. No lo sé. Nos separa apenas un cuadro, la ventana abierta, la acera de enfrente; el tiempo. Qué difícil es estar bien y tú al otro lado con los calmantes. Pero pasará que la noche durará poco. Vas a ver. Vendrá luego el día en su mejor traje con tu rostro y las flores y el amanecer nuevo y tus besos y una canción. Estarás bien porque tú siempre estás bien cuando están bien todos, porque estás en armonía con el amor, y porque ese amor que albergas ya no es solo tuyo, lo que quiere decir que la felicidad te necesita.



EQM









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